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MUSEO DE LAS FERIAS PIEZA DEL MES DE NOVIEMBRE 2008 |
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05-11-08 - Fundación Museo de las Ferias
NOTA DE PRENSA
"Pieza del Mes" de noviembre de 2008
Tapiz “La Tienda de Aquiles“
“Obra destacada” de la exposición
“Caballeros y caballerías. 500 años del Amadís de Gaula ”,
Tapiz “La Tienda de Aquiles“ . Tapiz de la serie “La Guerra de Troya”. Taller de Tournai. Hacia 1470. Puede ampliarse
Con motivo de la exposición conmemorativa del Quinto Centenario del Amadís de Gaula, la Fundación Museo de las Ferias ha decidido dedicar las dos últimas “Piezas del Mes” del presente año a dos obras destacadas de dicha muestra. Durante el mes de noviembre la pieza destacada será el extraordinario tapiz titulado “La Tienda de Aquiles“, perteneciente a la serie troyana de origen flamenco (Tournai, hacia 1470) del Museo de la Catedral de Zamora, considerada con toda justicia una de las cimas del arte de la tapicería de todos los tiempos. En esta colgadura se representan varias escenas pertenecientes a la Guerra de Troya, según el relato medieval Le Roman de Troie , obra del francés Benoît de Sainte-Maure, compuesto a instancias de la reina Leonor de Aquitania. Pasajes de argumento guerrero como los narrados en esta obra, serán recreados con otros nombres y otros escenarios en numerosos episodios de los libros de caballerías del siglo XVI.
La Tienda de Aquiles
Tapiz de la serie “La Guerra de Troya”
Taller de Tournai. Hacia 1470
Lana y seda (16 tonos de rojo rosáceo, pardo-beige, azul y verde) / 467 x 690 cm.
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Más información en: www.museoferias.net/nov2008.htm
El tapiz titulado “la Tienda de Aquiles” forma parte de la colección de cuatro grandes paños góticos que narran “La Guerra de Troya”, elaborada hacia 1470 en la ciudad franco-flamenca de Tournai. Documentalmente se sabe que fueron donados en 1608 –precisamente ahora hace 400 años- a la catedral de Zamora por el sexto Conde de Alba y Aliste, Don Antonio Enríquez de Guzmán, y allí se conservan actualmente. Originariamente, esta serie estaba compuesta por un total de once tapices y se cree con fundamento que pudiera ser la misma que en su día perteneció a Fernando I de Nápoles 1458-1494 ), rey trastámara de ascendencia medinense ya que era hijo de Alfonso V el Magnánimo y nieto de Fernando de Antequera.
Las escenas y personajes que están representados en los citados tapices siguen con cierta fidelidad las imágenes que aparecen en ocho bocetos atribuidos a Henri de Vulcop, pintor de la corte de Carlos VII de Francia, quien debió de realizarlos hacia 1465 y actualmente se conservan en el Museo del Louvre. Argumentalmente corresponden a diversos episodios de la Guerra de Troya, según fueron descritos en el famoso Roman de Troie , relato compuesto por el francés Benoît de Sainte-Maure hacia 1160-1170.
Concretamente en el tapiz de “la Tienda de Aquiles” -el sexto de los once originarios- se narran las siguientes escenas: a la izquierda, parte de la quinta batalla según el citado poema francés, cuya totalidad correspondería al cuarto izquierdo que falta del tapiz original; también, la entrevista que mantienen Héctor y Aquiles en la tienda de éste, con la presencia de Agamenón y Menelao entre otros reyes griegos. En la parte central, se muestra la octava batalla del poema, que se produce al no llegar a ningún acuerdo Héctor y Aquiles en el encuentro antedicho; esta fiera contienda es contemplada desde las murallas de Troya por Andrómaca, Helena y Polixena. En la parte derecha, arriba, el príncipe Héctor se arma para el combate mientras su esposa Andrómaca, arrodillada y rodeada de la familia, le suplica que no acuda a la batalla ya que presiente su muerte; en la parte inferior, el mismo héroe, revestido con la armadura y a caballo, sale a combatir encontrándose con su padre, el rey Príamo, quien intenta detenerlo sin éxito. A estas secuencias corresponden las inscripciones en francés que se alzan en la parte superior entre los escudos de Don Íñigo López de Mendoza, segundo Conde de Tendilla.
De este paño se conocen otras tres ediciones fragmentarias más (en dos de ellas se representa la aquí perdida batalla con el Sagitario), que en ningún caso tienen la calidad ni las dimensiones de esta magnífica versión de la Catedral de Zamora.
Numerosos pasajes de este tenor serán recreados, con otros nombres y otros escenarios, en los épicos episodios de los libros de caballerías del siglo XVI, siendo una prueba evidente del éxito que llegaron a alcanzar las historias de los héroes helenos recreadas en los tiempos medievales.
Antonio Sánchez del Barrio
06-11-08 - El tapiz de La Guerra de Troya es la pieza del mes del Museo de las Ferias- EFE
El tapiz "La Tienda de Aquiles", perteneciente a la serie troyana de origen flamenco (Tournai, hacia 1470), del Museo de la Catedral de Zamora, es la
El director del Museo de las Ferias, Antonio Sánchez del Barrio, muestra el tapiz 'La Tienda de Aquiles' que forma parte de la colección de cuatro grandes paños góticos que narran "La Guerra de Troya", elaborada hacia 1470 en la ciudad franco-flamenca de Tournai, ha sido declarada pieza del mes en el centro museístico de Medina del Campo (Valladolid). EFE
pieza del mes del Museo de las Ferias de Medina del Campo.
El director del Museo de las Ferias, Antonio Sánchez del Barrio, muestra el tapiz 'La Tienda de Aquiles' que forma parte de la colección de cuatro grandes paños góticos que narran "La Guerra de Troya", elaborada hacia 1470 en la ciudad franco-flamenca de Tournai, ha sido declarada pieza del mes en el centro museístico de Medina del Campo (Valladolid).
Con motivo de la exposición conmemorativa del Quinto Centenario del Amadís de Gaula, la Fundación Museo de las Ferias ha decidido dedicar las dos últimas "Piezas del Mes" del presente año a dos obras destacadas de dicha muestra.
Para este mes de noviembre es el tapiz titulado "la Tienda de Aquiles", que forma parte de la colección de cuatro grandes paños góticos que narran "La Guerra de Troya", elaborada hacia 1470 en la ciudad franco-flamenca de Tournai.
El director del Museo de las Ferias, Antonio Sánchez del Barrio ha asegurado que documentalmente se sabe que fueron donados en 1608 -precisamente ahora hace 400 años- a la Catedral de Zamora por el sexto Conde de Alba y Aliste, Don Antonio Enríquez de Guzmán, y allí se conservan actualmente.
Originariamente, esta serie estaba compuesta por un total de once tapices y se cree con fundamento que pudiera ser la misma que en su día perteneció a Fernando I de Nápoles (1458-1494), rey de ascendencia medinense ya que era hijo de Alfonso V el Magnánimo y nieto de Fernando de Antequera, ha asegurado Sánchez del Barrio..
Las escenas y personajes que están representados en los citados tapices siguen las imágenes que aparecen en ocho bocetos atribuidos a Henri de Vulcop, pintor de la corte de Carlos VII de Francia, quien debió de realizarlos hacia 1465 y actualmente se conservan en el Museo del Louvre.
Argumentalmente corresponden a diversos episodios de la Guerra de Troya, según fueron descritos en el famoso Roman de Troie, relato compuesto por el francés Benoît de Sainte-Maure hacia 1160-1170.
De este paño se conocen otras tres ediciones fragmentarias más (en dos de ellas se representa la aquí perdida batalla con el Sagitario), que en ningún caso tienen la calidad ni las dimensiones de esta magnífica versión de la Catedral de Zamora.
09-11-08 - Un tapiz zamorano, pieza central de "Caballeros y caballerías. 500 años del Amadís de Gaula". El buen paño, el más flamenco "La tienda de Aquiles", tela donada en 1608 a la Catedral, da magnificencia a la muestra organizada en Medina del Campo.
Antonio Sánchez del Barrio, comisario de la muestra, ante el tapiz zamorano Foto Javier de la Fuente
JESÚS HERNÁNDEZ. «No sé dónde está eso. Aquí todo lo llamamos por motes», respondió la joven. En la Plaza Mayor de Medina del Campo (Valladolid), donde el Palacio Testamentario, a esa hora, cuatro de la tarde, la vida aparecía en sus aposentos. Como retirada. «Sí, el Museo de las Ferias está próximo. Verán?», apuntó una mujer, que -a unos pasos y con buen oido- conversaba con otra cuarentona. Después, bien cumplida o más curiosa, se creyó en la obligación de preguntar: «¿vienen ustedes por lo de "Caballeros y caballerías. 500 años del Amadís de Gaula?"». Grandes carteles-pancarta, con una iconografía artística que evoca lo mitológico y lo poderoso, llevan al visitante, por la calle de San Martín, hasta la misma puerta del centro cultural: Museo de las Ferias. Cruzas la cancela, y al fondo, en la capilla Mayor de la antigua iglesia, luce esplendoroso el tapiz "La tienda de Aquiles", gótico (taller de Tournai, hacia 1470) de la Catedral de Zamora. Es, sin duda, "la pieza de la Corona" de la muestra. La pieza central. La pieza del mes y de muchos meses y tiempos.
Son cuatro capítulos: "La fe y la devoción. Santos caballeros", "El oficio de las armas", "El amor del caballero" y "Montalvo, Amadís y los libros de caballerías". Acogen un centenar de piezas, comprendidas entre los siglos XV y XVII, procedentes de una veintena de instituciones. Son pinturas, relieves, esculturas, cruces, sellos reales, telas, arquetas, estampas, armas, libros, documentos (ejecutorias de hidalguía, bulas, pliegos sueltos), antiguos naipes? Y conviven creadores (Gregorio Fernández y el Maestro de Osma) con excelentes artistas anónimos. Recuerdan la publicación, en 1508, de la obra de Garci Rodríguez de Montalvo, regidor de la villa. Se conmemora la primera edición conocida -apareció el 30 de octubre de aquel año, en Zaragoza- de la novela, refundida y ampliada. Ahí, en las representaciones de ese mundo misterioso y fascinante, se hallan reflejados los ideales de una sociedad. Y debe contemplarse, si es posible, con ojos de éste y de aquel tiempo.
Es una muestra de aparente sencillez, abarcable con la mirada, perduradora en el recuerdo, de estética reconocible. Con un recorrido expositivo bien diseñado. «El tapiz de "La tienda de Aquiles" preside la gran capilla del antiguo templo», que habitualmente se dedica, en el Museo, a sala que recoge las obras del comercio del arte», señala Antonio Sánchez, director del centro, desde su fundación en el año 2000, y comisario de la muestra. «Y lo preside», añade, «de una forma majestuosa». Si se mira a lo alto, qué mejor coronación que esa armadura mudéjar, de tipo ataujerado, octogonal, realizada en 1512. Tapiz y armadura «se hallan en el mismo contexto cronológico». La tela no se presenta como aparece habitualmente en Zamora: de forma lineal. «Se le ha dado un aspecto curvo. Al final, se pensó que todas las escenas que se recogen en el paño, cuatro, se observan mejor al golpe de vista».
Así es. La estructura acoge la tela zamorana para que, después, el paño ampare la mirada, atenta pero distendida, del espectador. Un acierto. Se ha dispuesto, delante, un atril que presenta, aunque sucintamente, las cuatro escenas. Estas pudieran estar inspiradas en el "Roman de Troie", que Benoit de Saint-Maure escribió en el siglo XII. «Es un tapiz extraordinario. La joya de la exposición. Hay piezas muy significativas e interesantes. Sin embargo, esta obra es de lo mejor que existe en el arte de la tapicería». Como si hiciese contrapunto, otro paño de la Guerra de Troya: "Casandra interviene ante Príamo para obtener el perdón de Paris", que pertenece a la colección Banco de Santander. Este tapiz es posterior (se data entre 1515 y 1525) y de menor tamaño. Fue realizado en un taller de Bruselas y presenta un peor estado de conservación. «La figura del rey Príamo tiene cierto parecido con el personaje de la obra de Zamora», se resalta. En los laterales, aparecen dos colecciones de aguafuertes -diez en cada serie-, con escenas de batallas, originales del dibujante y grabador florentino Antonio Tempesta. Las estampas, del Museo Casa de la Moneda, de gran calidad, datan del año 1599, en Roma.
La buena disponibilidad del Cabildo catedralicio para la cesión temporal de "La tienda de Aquiles" es reconocida, de inmediato, por la Fundación Museo de las Ferias. «Para nosotros, desde el principio, traer este tapiz de Zamora constituyó un reto. El paño -resulta interesante contemplarlo en un contexto diferente- narra escenas que proceden de la Antigüedad clásica , si bien están pasadas por el tamiz de la época medieval. Muchas de aquéllas aparecen, después, en los libros de caballerías. Y la representación, en este caso, presenta caballeros medievales». En actitudes, vestimentas, defensas guerreras y, se supone, mentalidades. «Todo se narra en el tiempo de su confección artística". Los héroes no son aquellos griegos dibujados por Homero, sino personajes revestidos con prendas de finales del XV y con portes, talantes y mentalidades de ese tiempo, cuando la escritura del "Amadís".
Las grandes exposiciones también sirven, además de los fines específicos en cada situación, para difundir y valorar mejor el patrimonio histórico-artístico de los tapices zamoranos, que figuran entre los primeros. «Los turistas, que visitan nuestro Museo Catedralicio, son muchos. Sin embargo, tal cosa no es suficiente para un conocimiento más amplio y una estimación cultural más ajustada. Estas muestras facilitan el estudio más profundo por parte de los técnicos», revela Juan González, deán de la Seo. Asimismo, aquéllas permiten «apreciarlos, mediante su instalación adecuada, en toda su riqueza, algo que no es posible, en algunos casos, en nuestro Museo, aunque trabajamos para mejorar su exhibición».
Acudía, «más que nada», interesado por «el material archivístico y librario», con las primeras ediciones del "Amadís de Gaula". Y allí estaba el tapiz "La tienda de Aquiles", que constituye «el espacio central de la exposición, la obra que corona la muestra. Es acertada la solución que se le ha dado. Muy bien ambientado. Se trata de un espacio muy apto para contemplar el paño», resalta Angel Moreno, jefe de sección del Archivo General de Simancas y autor de varias monografías sobre la historia zamorana. «Para mí, tiene especial importancia, pues coinciden el quinto centenario de la publicación del "Amadís" y el cuarto de la donación de los tapices a la Seo de Zamora» por el conde de Alba y Aliste, aquel Antonio Enríquez de Guzmán. Los organizadores buscan una "vinculación" del paño zamorano a Medina, pues «se cree que estas telas pudieron pertenecer, en su origen, a Fernando I de Nápoles, pariente de Fernando el Católico». La obra fue restaurada por el taller de Pepa Garrido, y, para Moreno Prieto, «se puede contemplar la rentabilidad de la inversión», abonada por la Comunidad Autónoma. «El marco espacial es muy digno e idóneo para su observación, en todas sus dimensiones y en todo su esplendor (en cuanto a composición, cromatismo y factura)».
El experto halla un especial interés en dos piezas: "San Martín y el pobre", de Gregorio Fernández (1606), que se encuentra en el Museo Diocesano de Valladolid, y el "Caballero yacente", escultura en arenisca de principios del XVI, obra anónima que se conserva en el de Salamanca. No ignora el «retablo de San Miguel» (Maestro de Osma, hacia 1500, óleo sobre tabla), la espada "de a caballo" con escenas de batallas en la hoja (es de hierro y acero, s. XVI-XVII, Ávila) y las arquetas amatorias (anónimo catalán, 1420-1430, de la iglesia de San Román de Hornija). La muestra es «una visión plástica del Amadís, densa en contenidos y argumentos», con las piezas «perfectamente ambientadas para reconstruir, personalmente, el mensaje».
«Mucho respeto. Es el respeto de la admiración hacia la sabiduría, hacia una obra de alguien que sabe más que uno». Así contemplaba Angel Marcos, autor del diseño de la exposición, el tapiz zamorano. Y percibía, asimismo, tres características, que resaltaba: «el carácter narrativo, su elaboración en una época muy determinada y lo estrictamente práctico». El artista observaba «una gran coherencia plástica y un gran peso compositivo», algo que «abre camino a lo contemporáneo. Es una obra fantástica». Y no se cansaba de mirar las escenas mitológicas: tan antiguas, tan modernas en sus gamas. Advertía: «me pareció un pecado tapar el artesonado y la tribuna. Ganamos una cosa: que se perciba un cierto esplendor de altura». No resultó fácil el diseño de "Caballeros y caballerías". No. Porque se daba «una condición: hacer algo dentro de un escenario que reúne unas particularidades estructurales y que, después, debe volver a su forma originaria». Tal cosa «condicionaba el proyecto». El paño zamorano «obligó a construir algunos elementos» que implicaban notorias dificultades. El análisis de la época de aquel medinense todavía presenta «zonas oscuras». De ahí que luces y paneles aparezcan con ese tono, aunque suavemente, como recordatorios, en casi todas las estancias. En otros ámbitos, se emplean los ocres o los rojos-teja... Para los visitantes, no hay vuelta de hoja: mucho "Amadís", mucho Garci Rodríguez, mucho honrado caballero. Que sí, que muy bien. Pero "La tienda de Aquiles" engrandece artísticamente la muestra. Le confiere más color, más dimensión, más verdad.
Ahora. Lo revelan ahora. Se preparaba el montaje de "Caballeros y Caballerías?". Laborioso. Original en su sencillez. Tal vez algunos, que no Antonio Sánchez del Barrio, no acababan de "ver" -también es cosa de fe- el sistema ingeniado por Angel Marcos. Lo ideado determinaba la alteración del proyecto museográfico, la construcción de estructuras de madera, la dotación al escenario de una iluminación que ofreciese distintas gradaciones en sus ámbitos, la matización con tonalidades de los capítulos expositivos, los tiempos y las estéticas. Tal vez algunos? Marcos, seguro, sólo repetía: «confiad en mí». Se revela ahora, cuando se advierte que el montaje también es tesis y "La tienda..." luce como pocas veces.
Sales a la calle. Dejas atrás capillas y canceles, pasados e ideales, vidas y trascendencias. Es tarde de mercado. Y las cartelas, que indican la senda verdadera, para no preguntar y tampoco perderse, sólo tienen un motivo iconográfico: "La tienda de Aquiles", aquel griego que vive en efigie, desde hace cuatro siglos, en Zamora. Pregunten, durante todo el año, en el Museo de la Catedral. Les darán señal de aquel héroe.
